A grandes rasgos es la parte del cerebro que se encarga del control de las emociones. De no tomar decisiones o actuar dejándose llevar por las emociones. Es la que evita por ejemplo un secuestro de la amígdala. Evitar decisiones impulsivas, sucumbir a nuestras emociones sin control y encontrar problemas para resolver problemas.
Sede de la inteligencia emocional. Esencial para:
-Regulación de las emociones: Manejar situaciones estresantes o irritantes. Evitando reacciones exageradas o explosivas. Tomar distancia de emociones momentáneas.
-Empatía y comportamiento social: Construir relaciones solidas, resolver conflictos
-Toma de decisiones: evalúa opciones y evita decisiones impulsivas.
-Resolución de problemas: encontrar soluciones creativas, esencial para pensar de manera lógica y adaptarse a situaciones cambiantes.
-Atención y concentración: mantener el enfoque y evitar distracciones.
Como fortalecer esta región en nuestro cerebro:
-Ejercicio físico regular: Libera endorfinas, reducen el estrés y mejora el estado de animo. Promueve la neurogénesis (formación de nuevas neuronas). Al menos 30 minutos diarios.
–Alimentación saludable: Dieta rica en antioxidantes, acidos grasos, omega 3…frutas y verdura, pescado, nueces, aceite de oliva…
-Hidratación adecuada
-Sueño de calidad: Consolidación de la memoria y regeneración celular. Establecer horarios y rutinas, evitar tecnología antes de acostarse. Entre 7 y 9 horas por noche
-Meditación y mindfulness: Fomentan atención plena y la conciencia de emociones y pensamientos.
-Aprendizaje continuo: Estimula la corteza. Leer, nuevos idiomas, habilidades técnicas. Promueve creatividad y resolución de problemas.
-Gestión del estrés: El estrés crónico atrofia la corteza prefrontal. Visualización, respiración profunda, yoga o terapia
–Conexiones sociales: Empatía y comprensión de las emociones de los demás.
-Juegos mentales: Rompecabezas, acertijos, estrategia, crucigramas. Mejoran concentración y memoria de trabajo.